Los jóvenes han conseguido parar el convoy, accionando el freno de emergencia, lo tienen todo planeado, no quieren ser reconocidos por eso ocultan su rostro con camisetas. Y entre reproches de los viajeros logran su objetivo, pintar uno de los laterales de ese vagón.
Tardan apenas dos minutos, o que dura el video, después huyen. Más de 15 millones de euros al año se gasta Renfe tratando de borrar sus huellas