El pasado 22 de octubre River Plate se clasificó para la final de la Copa Liberadores por segundo año consecutivo, tras imponerse en el resultado global a Boca Juniors por 1-2. En el partido de vuelta que se jugó en la Bombonera, tras el pitido final vimos una imagen insólita y muy atípica en un campo de fútbol.
El agente de seguridad de Boca, Néstor Gabriel Portillo, celebró efusivamente con los futbolistas de River el pase de los millonarios a la semifinal, algo que gustó muy poco en la organización xeneize, que terminó despidiendo al vigilante.
Portillo habló con el diario argentino Clarín al día siguiente de los acontecimientos y contó lo sucedido: “Fui a la empresa y me dijeron que tenía que presentar un telegrama de renuncia por lo que ocurrió en la Bombonera. Es insólito. Hace 11 años que formo parte y nunca tuve un problema en ninguna de las canchas en las que me tocó trabajar.
Esta no es la primera vez que saludo a los jugadores de River; la diferencia es que este caso fue viral. Boca Juniors pidió que me despidieran. […] Lo que ellos dicen es que incité a la violencia por tener esa conducta. La verdad es que se contradicen, porque el informe del operativo fue positivo”.
Después de que los medios se hiciesen eco de lo sucedido y se viralizase su historia, salieron distintas iniciativas, como la de El Chiringuito para ayudarle a encontrar un nuevo trabajo.
Por suerte para Néstor, los dirigentes de River también se enteraron de la situación del vigilante y fue contratado por TECH, la empresa que provee los servicios de seguridad para River. “Es una alegría enorme, necesito el trabajo. Mi familia es una nena de tres años y un varón de 14 años. No sé cómo agradecerle a River“, confesó Portillo en una entrevista de TN.
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