Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional han sido increpados por la labor que han desempeñado en Cataluña para evitar el Referéndum 1-O.
Pero en medio de este caos, de todos esos golpes, gritos, lesiones y agresiones que hemos visto por todas partes estos días, también ha habido un pequeño hueco para el amor. Un breve instante en el que una manifestante le planta un beso a uno de los antidisturbios que tiene subido el cristal de su casco protector.
Todo esto lo captó la cámara de la televisión de Catar, Al Jazeera. Cualquiera diría que es premeditado o hasta que la mujer conocía al miembro del cuerpo de seguridad del estado.
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